La vista – podríamos decir – es el sentido que los perros tienen menos desarrollado; a pesar de ello, es mejor que el humano en muchos aspectos. El perro posee un gran campo visual, éste, varía de unas razas a otras, debido a la ubicación de sus ojos, más o menos separados entre sí o más o menos laterales. Pero, lo cierto es que incluso las razas menos favorecidas poseen un campo visual muy amplio, que oscila los 250° y los 290°.
Por otro lado, el hecho de que los campos visuales de cada uno de sus ojos apenas se superpongan hace que no puedan calcular con exactitud la profundidad y la distancia.
La amplitud del campo visual del perro más oscuro es aquella zona en la que los campos visuales de cada uno de sus ojos se superpone y que es responsable de la capacidad mayor o menor de calcular la profundidad y la distancia.
Su capacidad visual le permite al perro percibir con facilidad el movimiento de un objeto a más de 350 metros, y su visión nocturna, aunque algo borrosa le permite moverse sin dificultad y captar el movimiento a distancias similares. Además enfoca peor los objetos situados a menos de 50 cm., algunas razas presentan miopía.
Al perro le brillan los ojos en la oscuridad bajo determinadas circunstancias; se debe a que poseen una capa de células por detrás de la retina (tapetum lucidum) que refleja la luz que no ha sido absorbida por los fotoreceptores otra vez hacia la retina, con lo que se consigue mayor sensibilidad a la luz.
El perro no distingue los colores como el ser humano, los científicos sostienen que ven en blanco y negro, como en los televisores antiguos. Aunque habría que estudiar más a fondo este hecho. Esta creencia se basa en el estudio de la estructura de la retina del perro, donde se explica: en cualquier retina de cualquier ser vivo hay dos tipos de células, “los bastoncillos”, especialmente sensibles a la luz incluso de muy baja intensidad y “los conos”, sensibles a los rayos luminosos de un determinado color.
Pues bien, el perro posee muchos más bastoncillos que conos, por lo que no percibe muy bien los colores, pero posee una buena visión en condiciones de poca luz.
Sin embargo no se puede asegurar que los perros vean en blanco y negro, ya que, no se han hecho estudios suficientes ni concluyentes al respecto; de hecho en algunos experimentos se ha podido demostrar que el pequeño porcentaje de células cono que posee la retina del ojo del perro les permite percibir algunos colores de diferente intensidad, especialmente, los cercanos al azul, mientras que los cercanos al rojo no los perciben. Más recientemente se ha demostrado que los conos de los perros tienen dos picos de absorción de la luz para longitudes de onda que corresponden al azul-violeta y al amarillo-verde, por tanto tendrían visión dicromática.
Esta extrema y extraordinaria percepción del mundo que lo rodea es lo que hace que tengamos la impresión de que nuestro perro posee un sexto sentido con el que consigue adivinar o predecir determinados acontecimientos.