Con la llegada de las fiestas decembrinas se vienen cambios bruscos en nuestras agendas personales. Se planifican viajes, dentro y fuera del país, que nos alejan por semanas de nuestras casas. En este escenario surge la pregunta en muchos hogares: ¿Cómo hacemos con la pecera?
Este tema esencial podemos resolver de dos maneras muy simples. La humana, solicitando apoyo de alguien que visite nuestro acuario y de la alimentación a los peces; y la automática, haciéndonos de un dispositivo automático que dispense porciones adecuadas, sin saturar la limpieza del agua en la que viven nuestros peces.
Independientemente de lo que pensemos hacer, es clave que entendamos que el agua tiene un límite para mantenerse adecuada, por ello debemos evitar hacer viajes que se escapen a esos tiempos.
En el mercado existen muchos dispositivos automáticos para alimentar acuarios. Está el alimentador o llamado “comedero automático” que permite de manera mecánica despachar dosis diarias o de acuerdo a su programación. Lo bueno de estos es que tienen posibilidades de pauta continua. Lo malo, para efectos prácticos, es que si ocurre una falla en ellos, por temas eléctricos, por ejemplo, podemos estar arriesgando a nuestros peces por falta de alimento.
También se recomiendan las pastillas o los “bloques de vacaciones”, de la cual los peces pueden hacerse con su alimento. Las nuevas versiones de estas alternativas consisten en bloques de mineral parecido al yeso o la tiza, que almacenan en su interior trocitos de comida en escama o gránulo. Cuando el bloque está en el agua se va deshaciendo poco a poco liberando durante días la comida que tiene dentro. Recuerda que ninguna de estas opciones no son viables si tenemos peces enfermos o malnutridos.
Otros cuidados
La luz del acuario es clave para que la salud de los peces se conserve adecuadamente. Cuando la pecera tiene plantas y viene equipado con alguna fuente de luz, normalmente un fluorescente debemos garantizar la iluminación que garantice el proceso de la fotosíntesis. Expertos recomiendan el equilibrio logrado con 12 horas de luz al día.
Debemos asegurarnos de lograr oxígeno necesario para los peces y mantener la higiene y salubridad. Sobre lo primero, el sistema tiene la capacidad de garantizar eso, sin embargo, debemos estar atentos al espacio que tiene la pecera o acuario, pues la temperatura cuando sube puede producir la falta de oxígeno.
Por más automatizado que sean los sistemas, se recomienda cuadrar a alguien de confianza que pueda visitar el acuario y verificar que todo esté en orden. Hay que dejarle todas las instrucciones, incluso si llegase a ocurrir algo malo con uno de los peces, que se enferme o muera. En esto debe hacer el retiro del mismo para que no contamine al resto de los peces. Si ha muerto uno de los integrantes del acuario debe retirarse de inmediato y cambiar el agua si no sabemos cuándo ocurrió.
En cifras
2 o 3 días es lo máximo que podemos dejar a nuestros peces sin alimento. Planear viajes más largos sería irresponsable si no cuentas con adecuados mecanismos de higiene en la pecera, así como alimentos constantes. Si realmente no cuentas con nadie para supervisar esos procesos en el lugar, podrías trasladarlo a un lugar de tu confianza.
Alerta
Leer la etiqueta de los productos que colocamos en el agua de nuestros acuarios es clave para evitar errores fatales.
Revisa el producto por internet o por una tienda de tu confianza y consulta todo lo que pueden ofrecer, de acuerdo al tamaño del acuario o pecera y tomando en cuenta el número de peces que tengas. Recuerda que los que tienen actitudes territoriales podrían hacerse con más alimentos de lo adecuado. Consulta a un veterinario sobre esos comportamientos y si es necesario aislarlo, durante los días de viaje, busca un acuario extra.
Tomado de El Universal / Pedro Rojas
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