Las preguntas sobre sexualidad, embarazos y partos de las mascotas son de las más comunes entre los propietarios, según el médico veterinario Teodoro T. Díaz. Los amos de ejemplares hembras se inquietan por asuntos como el celo; mientras que los de machos, por el momento en que su perro o gato ya es maduro sexualmente.
A continuación resuelva sus dudas con la explicación de un especialista.
Un proceso natural
Hay consideraciones importantes en el ciclo estral de las mascotas hembras. “Las razas caninas pequeñas experimentan su primer celo entre los ocho y los diez meses de edad. Las grandes lo hacen a partir del primer año”, explica el especialista. En las felinas la pubertad llega a los seis meses de edad, aproximadamente. El ciclo estral en ambas especies está dividido en tres momentos.
El primero es el proestro, que consiste en la preparación del aparato reproductivo para la monta, explica Díaz. Luego pasa a la etapa del estro: el celo propiamente dicho. Y, por último, llega el anestro: un período compatible con la gestación, en el que el animal no está fértil. Hay una diferenciación importante entre perras y gatas durante el proestro. Las primeras sangran como señal de que su ciclo está comenzando. Las felinas sólo muestran una alteración en el tamaño de su vulva. “Los cuidadores deben saber que lo recomendado es permitir que su mascota sea cubierta (montada) después del tercer celo”, dice Díaz. Otras diferencias.
El ciclo sexual de las gatas dura entre 13 y 15 días, indica el experto. Esto quiere decir que estarán en celo alrededor de 2 veces al mes, mientras que una perra sólo lo experimenta 2 veces durante un año (cada 6 meses, aproximadamente). Un elemento que también distingue el proceso reproductivo en perras y gatas es la ovulación. De acuerdo con Díaz, en canes es espontánea y en felinas, inducida: se produce cuando el macho la monta. “Esto se traduce en que en esta especie la preñez es casi una condición inevitable, mientras haya contacto con ejemplares masculinos”, agrega.
Es por esto que las organizaciones protectoras recomiendan la esterilización de los animales que no viven en cautiverio. La duración del celo en ambas especies también es distinta. En gatas está determinada por la presencia del macho por cuatro días, aproximadamente. “Si está ausente el estro puede extenderse hasta diez días”, especifica Díaz. En caninas tiene un período promedio de siete días. La espera. El embarazo de ambas especies sí tiene considerables semejanzas. Una de las más destacadas, según Díaz, es su duración: 2 meses.
En perras el tiempo mínimo de gestación es de 58 días y el máximo de 65 días. “Cuando la gata o la perra está gestando los dueños siempre preguntan qué deben hacer”, afirma Díaz. En primera instancia, el veterinario considera que la alimentación es vital: “Uno de los mejores consejos que se les pueden ofrecer es que les den comida concentrada de la misma marca a la que están acostumbradas a comer, pero para cachorros”. Según el experto estas fórmulas tienen un elevado nivel de proteínas, que oscila entre 28% y 30%. También recalca que hay que tener en cuenta que toda perra o gata destinada a reproducirse debe tener vigentes sus vacunas y su plan de desparasitación.
Llegada al mundo. “Al momento del parto perras y gatas pasan por tres fases muy parecidas”, expone Díaz. La primera es la de relajación cervical y dilatación, que tiene una duración variable de entre 4 y 24 horas. La segunda es conocida como la de expulsión de la cría: “Pueden pasar hasta 24 horas en esta etapa, cuando las camadas son muy numerosas”, agrega. Por último, excretan las membranas fetales. Muchos de los cuidadores de mascotas desean saber cuántos cachorros está gestando su animal. De acuerdo con Díaz, es importante tener conocimiento de que una gran cantidad de clínicas veterinarias pueden realizar ecosonogramas, luego de 40 días de embarazo y ofrecer esta información. “Es muy útil durante el parto para saber si los cachorros han sido expulsados en su totalidad”, concluye.
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