Los gatos son unos animales tan inquietos, traviesos y curiosos como los niños. Interesarse activamente en el mundo que los rodea forma parte de su personalidad, y es por ello que cualquier cosa que ocurre a su alrededor les llama poderosamente la atención. Quienes han tenido la oportunidad de tener uno en casa como mascota, seguramente habrán notado ese comportamiento tan natural en ellos.
Si no lo han hecho, pueden hacer la prueba dejando cualquier paquete u objeto sobre el mueble, e inmediatamente verán como el animal se acerca hasta él para husmearlo, como si fuese atraído por un imán, pues su curiosidad no lo dejará en paz hasta que descubra lo que hay allí. Una de las cosas que más le llama la atención a los gatos, es todo lo que tenga forma de un hilo del que ellos puedan tirar.
También les atraen las bolsas plásticas y las cajas de cartón donde suelen esconderse. Su instinto de cazador hace igualmente que cualquier otro objeto insignificante parezca interesante para ellos y atrape su atención.
PROTÉJALOS DEL PELIGRO
Dado que esa pasión por inmiscuirse en todas las actividades humanas, los expone algunas veces al peligro, es necesario prestarles la misma atención que a los niños, para protegerlos y evitar problemas que, quizás, ameriten la presencia del veterinario. Recuerde que su gato puede quedarse encerrado accidentalmente en algún lugar de la casa, saltar dentro de una lavadora o secadora, trepar sobre un calentador, caerse en una bañera llena de agua o saltar por una ventana, simplemente por tratar de atrapar una mariposa. En tal sentido, se recomienda enseñar desde pequeño al animal a no trepar por la casa, especialmente en la cocina; esconder todos los cables o hilos sueltos donde puedan quedar electrocutados o atrapados, estar pendientes de las ventanas, y mantener fuera de su alcance los objetos que puedan causarle daño.
Fuente Famiweb.com
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