Es habitual encontrar en la Clínica veterinaria dos tipos de visitantes: aquellos que acuden para tratamientos preventivos, vacunaciones y desparasitaciones, principalmente y aquellos que llegan debido a que el perro presenta algún problema. Es todavía difícil encontrar propietarios que acudan a la clínica para un control rutinario o para seguir alguno de los múltiples planes preventivos que se proponen desde las clínicas y las empresas de sanidad animal.
Muchos de los problemas que padecen nuestros buenos amigos podrían evitarse y tendrían una sencilla solución si se actuara de forma preventiva.
Quizás a mucha gente pueda parecerle exagerado que una persona lleve a su perro al profesional veterinario por estar raro, pero la experiencia nos confirma que esa sutil valoración del humano puede salvar a nuestra mascota.
El propietario es el principal valedor de la salud de la mascota. Su atención a cualquier cambio y el inmediato apoyo en el veterinario son fundamentales para que nunca tengamos que arrepentirnos.
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